(Tu ne cede malis sed contra audentior ito)
Leí esta frase en alguna parte y no he podido dejar de pensar en ella. Quizás porque cuando miro a mi alrededor no veo esa lucha por combatir el mal con audacia. Ni mucho menos.
Lo que veo es que todo el mundo, o casi, termina cediendo ante el mal, porque el mal avasalla y pervierte muy fácilmente. El mal está de moda, y siempre hay borregos que siguen las tendencias para ahorrarse pensar por si mismos.
Así que he llegado a la conclusión de que el mal está venciendo la batalla, y que nos hemos acostumbrado demasiado a su presencia.
Cadenas de televisión; periódicos; Internet…pervirtiendo nuestra moral, mientras consentimos de buen grado la manipulación, pasivamente, sin querer romper nuestra burbuja de pasotismo, sin voluntad para luchar.
Tampoco los que luchan contra el mal lo hacen de forma digna, caen en las mismas trampas, utilizan las mismas armas, acaban haciendo lo mismo que condenan, o peor. Los que luchan lo hacen de forma interesada y torpe, nada que ver con la audacia que reclamaba Virgilio.
He trasladado mis pensamientos a mi calle, a mi entorno, y he visto lo mismo. Gente que mira para otro lado para no ver la realidad.
He visto el poder devastador de la mentira y de la envidia, estandartes de nuestra sociedad. La indiferencia en letras mayúsculas. La perversión de las ideas. La falta de responsabilidad.
Sólo hay que encender la televisión para obtener un chute de basura enlatada en tu propia casa. Veo una sociedad estúpida, vulgar, que se conforma con la mierda que le alimenta y que cada día pudre su cerebro un poco más. Veo una sociedad ignorante que por segundos se vuelve más ignorante y a la que no le importa perder sus valores, tal vez porque nunca creyó en ellos.
Miro a mí alrededor y me encuentro con leyes que protegen a los delincuentes y dejan desamparadas a las victimas. Una sociedad individualista que no mira más allá de sus narices y no mueve un pelo por sus semejantes. Una sociedad cada vez más egocéntrica y consumista. Una sociedad que convierte a los ladrones, vividores e incultos en modelos a seguir; una sociedad que premia la ordinariez y desdeña lo extraordinario.
Veo con impotencia la impunidad que proporciona ser menor en este país. Contemplo con rabia la burla de esos jóvenes asesinos, que torean a la policía como quieren, sin tener en cuenta el dolor de la familia que acaban de destruir porque ya han conseguido lo que querían: ser famosos y tener más amigos en el Facebook.
Soy testigo de lo mucho que molesta la diferencia. Percibo la angustia de la gente por adaptarse a los cánones de belleza que alguien ha decidido que deben primar, incluso por encima de la salud. La infelicidad que no dar la “talla” ocasiona en las mentes vulnerables; la frustración que provoca en los jóvenes que creen que, ajustándose a la norma impuesta, alcanzaran el éxito o la felicidad.
Siento pena al ver como se malea, maltrata y retuerce la palabra “libertad”. Asco cuando se favorece al poderoso a costa del pobre. Miedo cuando presencio como los políticos juegan con nuestro futuro y estabilidad. Y me indigno de pensar en el poder del mal y en todo el terreno que nos lleva ganado.
Me recuerda, ante mas de un films sobre la pre-alemania nazi, que estamos en una situacion parecida solo que confio en la juventud de este apis para que no permita algo asi. Por otro aldo estamos ene l imperio d elo "politicamente correcto" y ya es un lio, en fin, quizas debieras levantar nuestra voz en el desierto pero estamos tan comodos, muy buen arituclo, para pensar...un abrazo
ResponderEliminarY solo te puedo decir una cosa....NO LO HUBIESE DICHO MEJOR!
ResponderEliminarLa cosa es verdaderamente lamentable :(
MUAKSS!
Me parece que esta sociedad va de culo y sin freno, en fin siempre hay sitio para la esperanza, esperanza de que esto cambie y mejore, pero yo me pregunto, ¿esta el mal de moda?
ResponderEliminarYo no lo sé, a nadie le gusta, ¿no?, quizás de manera inconsciente o llevada acabemos haciendo cosas sólo porque no se usar ser así o se llevar ser asá.
Me ha hecho pensar tu entrada, esta bien preguntarse que es lo que falla para así poder mejorarlo.
Un beso.
:)
Mi querida Raquel: Comparto contigo cada de una de tus palabras, cada uno de tus pensamientos y me horroriza pensar que los "cabezas pensantes" que tenemos por arriba solo piensan en darnos "panem et circus" ¿con que intención?
ResponderEliminarEspero que haya un revulsivo que nos haga a toda la sociedad tomar conciencia de a donde vamos.
Mil besos y mil rosas.
Gracias Prometeo. Yo también confio en la juventud de este país.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Las cosas están mal, pero no podemos caer en el desánimo. Hay que tener esperanza.
Un beso grande, Sara.
Si, Ana, siempre hay sitio para la esperanza, vamos a agarrarnos a ella.
Yo si creo que el mal está de moda, que es tendencia.
Gracias.
Un beso grande.
Yo también lo espero.
Un beso grande, Malena, gracias.
No puedo sino felicitarte por las palabras que has escrito. Has sabido explicar muy bien la situación de impotencia en que vivimos contra los que llevan el mal implícito. Mantengo también la esperanza de que esto cambie algún día. Abrazos
ResponderEliminarrecalco lo dicho, no se puede decir mejor. Pero aporto algo de optimismo: lo extraordinaro esta ahi, y es seguido y premiado. Lo único, eso si, es que no arma tanto ruido y es tan visible como el mal que describes.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias, Ligia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado ese apunte, Joseba. Lo extraordinario está ahi... Es verdad, sólo hay que visitar tu blog, o el de cualquiera de la estupenda gente que ha comentado esta entrada para verlo.
Un beso.