Ellos fueron las estrellas de la época dorada de Hollywood. Sus nombres relumbraban en los carteles de los cines y los teatros. Sus películas eran visionadas por legiones de admiradoras que soñaban con ser protagonistas de aquellas historias románticas, divertidas, inteligentes y oscuras. Hicieron reír a una generación, y les enamoraron. Les consolaron, hablaron con su voz y fraguaron sus sueños. Aquella realidad ficticia de cartón piedra era inalcanzable pero por unos minutos, y al precio de una entrada de cine, podías enfundarte aquellas vidas glamorosas y olvidar por un instante la cruda realidad.
Por separado, Katherine Hepburn y Spencer Tracy fueron dos de los pesos pesados de Hollywood. Juntos consiguieron ser reconocidos como una de las parejas más carismáticas de la pantalla grande.
Se conocieron en 1942, cuando Katherine, de apasionado temperamento, exigió a la Metro contratar a Spencer Tracy para ser su pareja en “La mujer del año”. Es célebre la anécdota que se cuenta tras un primer encuentro que marcaría su futura relación personal. Cuando ella le vio frente a frente en el estudio no pudo menos que exclamar: “Me parece señor Tracy que es usted demasiado bajito para mí”. Spencer, sin apenas pestañear, le respondió: “No se preocupe. La rebajaré hasta dejarla a mi altura”.
Durante los años 40 protagonizaron juntos varias películas: Sin amor dirigida por George Stevens, Mar de Hierba de Frank Capra, con Angela Lansbury, y La costilla de Adán en 1949, que narra las situaciones en las que un matrimonio de abogados se pone cuando se enfrentan ante un tribunal. En total trabajaron juntos en nueve ocasiones. La última vez que compartieron cartel lo hicieron en “Adivina quien viene esta noche” en 1967. Poco después de terminar el rodaje Tracy murió debido a un ataque al corazón. Tras el golpe, Katherine confesaría que nunca consiguió ver la película, pues el dolor era demasiado grande.
Su relación hasta ese momento había hecho correr ríos de tinta, ya que debido a sus fuertes ideas católicas, Tracy nunca accedió a divorciarse de su primera mujer.
Se conocieron en 1942, cuando Katherine, de apasionado temperamento, exigió a la Metro contratar a Spencer Tracy para ser su pareja en “La mujer del año”. Es célebre la anécdota que se cuenta tras un primer encuentro que marcaría su futura relación personal. Cuando ella le vio frente a frente en el estudio no pudo menos que exclamar: “Me parece señor Tracy que es usted demasiado bajito para mí”. Spencer, sin apenas pestañear, le respondió: “No se preocupe. La rebajaré hasta dejarla a mi altura”.
Durante los años 40 protagonizaron juntos varias películas: Sin amor dirigida por George Stevens, Mar de Hierba de Frank Capra, con Angela Lansbury, y La costilla de Adán en 1949, que narra las situaciones en las que un matrimonio de abogados se pone cuando se enfrentan ante un tribunal. En total trabajaron juntos en nueve ocasiones. La última vez que compartieron cartel lo hicieron en “Adivina quien viene esta noche” en 1967. Poco después de terminar el rodaje Tracy murió debido a un ataque al corazón. Tras el golpe, Katherine confesaría que nunca consiguió ver la película, pues el dolor era demasiado grande.
Su relación hasta ese momento había hecho correr ríos de tinta, ya que debido a sus fuertes ideas católicas, Tracy nunca accedió a divorciarse de su primera mujer.
Fueron unos de los dúos más queridos de los años 60. Pero Doris Day y Rock Hudson fueron mucho más que compañeros; su fuerte amistad y su admiración mutua traspasaba las pantallas de cine. Coincidieron por primera vez en 1959, en la comedia romántica "Confidencias a medianoche" La película fue todo un éxito tanto de crítica como en taquilla, y proporcionó a Doris Day su única candidatura a los Premios Oscar en la categoría de mejor actriz. Aunque parezca mentira, Day y Hudson trabajaron juntos únicamente en tres películas. Tras "Confidencias a medianoche” repetirían en “Pijama para dos" y "No me mandes flores". Tres películas en las que la química existente entre los dos uniría sus nombres irremediablemente como una de las parejas más entrañables de Hollywood.
Ellos convirtieron al musical en uno de los géneros más amados por el público allá por los años treinta. De él se dijo que fue el mejor bailarín del mundo; de ella que, si bien no llegaba a la grandeza de Astaire, su presencia daba a la pareja el contrapunto sexy. El resultado lo describió a la perfección Katharine Hepburn: "Ella da la sensualidad, él, la clase".
Juntos, desde 1933 hasta 1939 hicieron nueve musicales para RKO. Aunque los números los realizaba Astaire con su ayudante Hermes Pan, ambos reconocieron el mérito de Rogers y pronto dejaron que entrara en el proceso de creación, dando su punto de vista y toque personal a los números. Paradójicamente el público siempre consideró a Rogers mejor bailarina de lo que fue, y a Astaire peor actor de lo que en realidad demostró ser. Su supuesta rivalidad les llevó a romper la pareja en 1939.
Tras más de diez sin trabajar juntos volvieron a unirse en Vuelve a mí (1949) ("The barkleys of broadway"), de Charles Walters, donde Ginger fue la elegida para sustituir a la malograda Judy Garland.
Juntos, desde 1933 hasta 1939 hicieron nueve musicales para RKO. Aunque los números los realizaba Astaire con su ayudante Hermes Pan, ambos reconocieron el mérito de Rogers y pronto dejaron que entrara en el proceso de creación, dando su punto de vista y toque personal a los números. Paradójicamente el público siempre consideró a Rogers mejor bailarina de lo que fue, y a Astaire peor actor de lo que en realidad demostró ser. Su supuesta rivalidad les llevó a romper la pareja en 1939.
Tras más de diez sin trabajar juntos volvieron a unirse en Vuelve a mí (1949) ("The barkleys of broadway"), de Charles Walters, donde Ginger fue la elegida para sustituir a la malograda Judy Garland.
Cuando se conocieron ella tenía diecinueve años y él cuarenta y cinco. Ella era una joven debutante de mirada magnética, él un actor reconocido con una gran carrera a sus espaldas. No fue un flechazo, pero los dos quedaron impresionados tras un primer encuentro. Fue en el rodaje de “Tener y no tener”, película basada en la novela de Hemingway. A ella no le hizo mucha gracia que fuera Bogart el protagonista de la película. Para este papel le gustaba más otro tipo de galán del estilo de Cary Grant. Pero poco a poco algo invisible y poderoso fue atrayéndolos. Se enamoraron, y esa pasión quedó reflejada en la película que fue un gran éxito. El New York Times llegó a escribir: “Como un ave de paso melancólico que entra descaradamente en la vida de Bogart, así llegó Lauren Bacall...”.Juntos volvieron a trabajar en dos ocasiones más: El sueño eterno y Cayo Largo. Fuera de las pantallas su amor duró desde 1945 hasta la muerte del actor el 14 de enero de 1957. Durante años fueron la pareja de moda de Hollywood.
Fueron grandísimos cómicos y amigos en la vida real. Se conocieron en 1960 en un restaurante. Walter Matthau comía un bocadillo. Jack Lemmon entró en el local y pidió gambas fritas con chocolate helado a lo que el primero le reprochó: “¿Cómo puede pedir una cosa así en un restaurante judío? Lemmón sólo contestó “¡Hola!” pero fue suficiente para que se hicieran inseparables.
Pero comenzarían a trabajar juntos unos años después, en 1966, para llevar al cine la obra teatral de Neil Simon adaptada por Gene Sacks: La extraña pareja. Más tarde, en 1968, volverían a coincidir en el filme de Billy Wilder En Bandeja de Plata, una comedia en la que Jack Lemmon interpretaba a un joven que tras ser abandonado por su mujer es ingresado en el hospital y debe hacer frente a su cuñado, que quiere aprovecharse de él. A esta película siguieron títulos como Primera plana, Aquí un amigo de Wilder, JFK de Oliver Stone o La extraña pareja otra vez (1998).
El gordo y el flaco fue el nombre que se le puso en español al famoso dúo cómico Laurel & Hardy, formado por el actor inglés Stan Laurel (el flaco) y el actor estadounidense Oliver Hardy (el gordo). Su carrera como pareja se inició en el cine mudo, en la tercera década del Siglo XX, y se alargó hasta la segunda mitad de ese mismo siglo. Considerados como una de las mejores parejas cómicas del cine, consiguieron aunar sus diversos estilos de comedia en una sincronía casi perfecta.
Durante toda su carrera el auténtico conductor y líder de la pareja fue Stan, que escribió, produjo y a veces dirigió muchos de sus trabajos. Es por ello que Laurel siempre cobró el doble que Hardy.
Durante toda su carrera el auténtico conductor y líder de la pareja fue Stan, que escribió, produjo y a veces dirigió muchos de sus trabajos. Es por ello que Laurel siempre cobró el doble que Hardy.
Fueron la pareja de cómicos más rentables de Hollywood. Grabaron juntos nada más y nada menos que 18 películas, rodando la mayoría de ellas entre 1949 y 1956. Debutaron en 1949 de la mano del productor Hal Wallis, en la película My Friend Irma.
Los egos de uno y otro, finalmente, resultaron incompatibles. Dean Martin, a estas alturas, era sólo un apéndice del gran ego de Lewis, quien creía que el éxito mutuo se debía sólo a su actuación; esto comenzó a mellar la amistad entre ambos y empezaron a tener discrepancias, roces y discusiones. Una vez separado el dúo, Lewis siguió interpretando comedias en las que sus gags suplían la casi total ausencia de argumento. Mientras Dean comenzó en solitario su carrera como actor cinematográfico realizando papeles de galán y cantante y dejó algunos títulos memorables como Los cuatro hijos de Katie Elder de Hathaway, Río Bravo de Hawks, Bésame, tonto de Wilder, Como un torrente de Vincent Minnelli y, especialmente, El Baile De Los Malditos de Edward Dmytryk.
Guapos y grandes actores. Coincidieron por primera vez en 1969 en la película “Dos hombres y un destino”. La película fue un éxito de taquilla y de crítica y ponía de manifiesto la excelente química que existía entre los dos. Pero fue gracias a “El Golpe” de George Roy Hill donde los actores se consagrarían como una de las parejas más carismáticas del cine. La película ganó siete Oscar, entre ellos el Oscar a la Mejor Película, y obtuvo otras tres nominaciones.
Excelente tu trabajo, Raquel. Parejas inolvidables todas ellas. No sabría decidirme por ninguna en particular, pero siempre me llamó la atención la de Spencer Tracy y Catherine Hepburn. Y como guapos me quedo con Paul Newman y Robert Redfor, claro. Abrazos
ResponderEliminarMuy buen trabajo, añorante e ilusionante...un abarzo.
ResponderEliminarMe ha gustado bastante esta entrada, esta muy entretenida y documentada, y los videos son apropiados para ilustrarnos las buenas parejas que eran todas las de esta estupenda lista.
ResponderEliminarMe quedo con Spencer y Catherine, también con Doris y Rob,y sobre todo con Paul y Robert, ¡que actorazos!
Besitos :)
Gracias, Ligia. A mi también me resulta dificil elegir sólo una de estas parejas. La de Spencer y Hepburn me encanta, y tengo debilidad por la de Day y Hudson.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo prometeo, gracias por comentar.
Al final la entrada no quedó tan extensa como me temía. Me alegra que te guste.Coincido contigo, por qué será...
Un beso :)
Son parejas entrañables que nos han hecho reir, llorar y soñar. No podría elegir a una sola pues todas me han aportado algo.
ResponderEliminarGracias por tu trabajo hecho con tanto mimo.
Mil besos.
Gracias a ti Malena, por leerlo.
ResponderEliminarUn beso.