Noviembre asoma la patita y Octubre se despide con una fiesta. Y como en España tenemos pocas adoptamos las de otros países. Halloween es una de las fiestas más internacionales y una de las más divertidas. Disfraces, comida basura, magia y muertos vivientes que regresan de la tumba para atormentarnos. Por una noche uno puede dejar a un lado la formalidad y ser un poquito travieso. Lo importante es divertirse, aunque sea a costa de ridiculizar nuestros miedos más arraigados.
Luego pasó lo de siempre. Cuando el cristianismo llegó a los pueblos célticos la Iglesia Católica luchó a brazo partido para eliminar supersticiones paganas que pudieran entroncar con el satanismo o culto al diablo, sin embargo la tradición del Samhain consiguió mantenerse, aunque sufrió algunas transformaciones en la contienda. En el calendario gregoriano, el 1 de noviembre pasó a ser el día de Todos los Santos; el Samhain, la víspera de Todos los Santos, pasó a denominarse All-hallows Eve y, actualmente, por contracción de la expresión, Halloween. Y por su parte, el Día de Todos los Difuntos o Día de Todas las Almas pasó a ser el 2 de noviembre. Las tres celebraciones juntas, “Eve of All Saints”, “Day of All Saints”, and “Day of All Souls”, se denominan en la tradición irlandesa Hallowmas.
Algunos siglos después los irlandeses introdujeron en Nueva York la fiesta de Halloween y lo que sería su elemento más característico, la calabaza.
La leyenda de JACK-O-LANTERN PUMPKINS me recuerda bastante a un capitulo de “El cuentacuentos” de Jim Henson, titulado “El soldado y la muerte” y que recomiendo que veas si te sobran treinta minutos.
(Pincha aquí)
Hace muchos, muchos años, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna, en la Noche de Brujas. Jack, conocido borracho, había bebido mucho pero pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero. Como Jack tenía una cruz en su monedero, el diablo no pudo volver a su forma original. Jack no dejaría ir al diablo hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El diablo no tuvo más remedio que concederle a Jack su reclamación.
Diez años más tarde, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó muy rápido y dijo: "Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?". El diablo pensó que no tenía nada qué perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que el diablo se diese cuenta, Jack ya había tallado rápidamente una cruz en el tronco del árbol. Entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó al diablo a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.
Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido un golfo, borracho y un estafador. Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el espantoso infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido). "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste". El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada.. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento.
Jack estaba condenado a vagar en las tinieblas eternamente.....
Por si lo ves vagando por las calles jeje, y te pregunta ¿truco o trato?...elige siempre trato.. ;)
ResponderEliminarMUAKS!! El post te ha quedado muy bien decorado!.
P.D. Me voy corriendo a por la manta más calentita jeje ;)
Siempre es un placer entrar en este desván secreto. Me gusta mucho el cuento de "El soldado y la muerte". Y es cierto que se parece mucho a la historia de Jack- O- Lantern.
ResponderEliminarFeliz Halloween.
:))) Muchas gracias, Sara.
ResponderEliminarFeliz Halloween, Ana :)
Abrazos a las dos, muy amables ;)
Vaya Raquel, qué reseña magnífica. Yo puse ayer en mi otro blog y no había visto esto, de haberlo visto hubiese pueso este enlace...
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