8 de noviembre de 2007

La hora de la luz mágica

En la desnuda tierra del camino

la hora florida brota,

espino solitario,

del valle humilde en la revuelta umbrosa.

*

El salmo verdadero

de tenue voz hoy torna

al corazón, y al labio,

la palabra quebrada y temblorosa.
*

Mis viejos mares duermen; se apagaron

sus espumas sonoras

sobre la playa estéril. La tormenta

camina lejos en la nube torva.
*

Vuelve la paz al cielo;

la brisa tutelar esparce aromas

otra vez sobre el campo, y aparece,

en la bendita soledad, tu sombra.

Antonio Machado

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