Lago
Natrón
La
descripción de este lago, ubicado entre la frontera de Kenia y Tanzania, es de
auténtica pesadilla. La composición química de sus aguas es capaz de convertir
en piedra a los animales que se posan en su salada superficie. El motivo parece
encontrarse en su cercanía con el estratovolcán Ol Doinyo Lengai (“La montaña de
Dios”). Entre los compuestos del lago destaca el natrón, un compuesto de sales
y minerales (principalmente de bicarbonato de sodio y carbonato de sodio), proveniente
de las cenizas volcánicas. Sus aguas
alcalinas tienen un increíble pH de 10.5 y es un líquido tan cáustico que puede
provocar quemaduras en la piel y en los ojos.
El
carbonato de sodio, uno de los compuestos químicos más abundantes en el lago,
es uno de los que más se empleaban en el Antiguo Egipto para la momificación,
actuando como un conservante muy eficaz.
Las
extremas temperaturas que son capaces de alcanzar sus aguas, hasta 60° C., y su
extrema salinidad (es uno de los lagos más salados del mundo) lo convierten en
un lugar mortífero.
Otra
cualidad que le otorga un curioso aspecto es el color de sus aguas, rojo o
rosado, e incluso naranja en las partes más bajas, un color que se debe a los
microorganismos que viven allí.
Desierto
de Lut
En
el sureste de Irán, allí donde convergen tres cadenas montañosas, se encuentra
el desierto más cálido del mundo, el
Dash-e-Lut, que traducido del persa significa “Desierto del Vacío”.
Este
desierto se denomina “abiótico”, lo que quiere decir que es tan seco y cálido
que ni siquiera las bacterias podrían sobrevivir allí.
Su
zona más caliente es una planicie de roca volcánica negra llamada Gandom
Beriyan. La oscuridad del terreno absorbe más la radiación solar, y las
montañas vecinas forman un túnel de viento cálido.
En
2005 el satélite de la NASA “Aqua” registró en esa zona una temperatura ambiental
de unos 71 grados, un record de temperatura jamás documentada en nuestro
planeta.
Sus
formaciones geológicas, barrancos y dolinas que asoman entre la arena se
conocen como Kaluts. En todo el paisaje prevalece un tono rojizo que nos recuerda
a la superficie de Marte, tan desértica e inaccesible como el planeta rojo.
La
aldea de Oimiakón
La
aldea siberiana de Oimiakón es el lugar habitado más frío del planeta. Su
temperatura desciende hasta los 68 grados bajo cero. Su invierno dura nueve
meses, sus noches son de 21 horas y sus mañanas tienen sólo tres horas de luz.
Atravesando
la región siberiana de Kolima se encuentra una solitaria y helada carretera, la M56. Esta
vía de más de dos mil kilómetros de largo es conocida como la “carretera de los
huesos”, ya que al parecer fue construida por miles de presos entre 1932 y
1953, muchos de los cuales fallecieron durante el trabajo y fueron sepultados
bajo la carretera.
Sus
500 habitantes apenas pisan la calle, hacerlo es arriesgarse a morir, ya que el
simple hecho de respirar es extremadamente doloroso. Los motores de los coches
no se detienen nunca, si lo hicieran la gasolina se congelaría al instante. Nadie
lleva gafas al aire libre, pues el frío extremo haría que los cristales se
pegaran a la piel. Tampoco tienen agua corriente. Hay una pequeña pista de
aterrizaje de la segunda Guerra Mundial y un hotel que se inauguró en 2007.
La
rinconada, Perú
En el distrito de Ananea, provincia de San
Antonio de Putina del departamento de Puno en Perú, a unos 5.400 metros sobre
el nivel del mar se encuentra La
rinconada, el poblado habitado más alto del mundo.
El
pueblo se encuentra debajo de un glaciar, y junto a un lago, y sólo se puede
acceder en camión a través de traicioneros y sinuosos caminos de montaña.
Las temperaturas en La Rinconada registran durante
el día un grado centígrado, mientras que por la noche y madrugada los
termómetros llegan a marcar los 18 grados bajo cero. Las condiciones de vida
son muy duras para sus 35000 habitantes. A pesar de contar con un importante
yacimiento de oro, sus gentes viven en la extrema pobreza. La mina ha
facilitado que en el lugar haya una vía asfaltada, suministro de luz y de
telefonía móvil pero no hay otros servicios básicos; la basura se acumula en las
calles, no hay agua corriente, ni cloacas. El frío intenso impide que haya
epidemias en la zona, pues las heces y basuras se arrojan a las calles sin más.
El lago, cuyas aguas fueran limpias y abundantes de peces, está completamente
contaminado y sus aguas no son potables debido al mercurio y el antimonio,
necesarios para la extracción del oro.
La
carretera Guoliang
El
camino Guoliang, situado en las montañas de la provincia de Henan, China, es
uno de los caminos más famosos y una de las carreteras más peligrosas del
mundo. Es un túnel de 1,2 km, y 5 metros de altura por 4 metros de ancho, que
se encuentra a una altitud de 1.248 metros sobre el nivel del mar. Conducir
aquí requiere una gran habilidad y mucho cuidado.
El
túnel fue abierto al tráfico el 1 de mayo de 1977 después de cinco años de duro
trabajo de trece residentes locales, algunos de los cuales murieron durante su
construcción. El camino conduce a la pequeña aldea de Taihang. Este empinado y
estrecho camino a medida que China abrió sus fronteras a los turistas
extranjeros se convirtió rápidamente en una atracción turística popular en la
región, y atrae a un número considerable de turistas.