Nos
han querido colar la milonga de que las prospecciones en aguas del archipiélago
canario serán buenas para Canarias, una
comunidad con un porcentaje de paro que roza el 30%. Los beneficios que se
obtengan repercutirán en el bienestar de todos los ciudadanos de las islas y
del resto del país. Se crearán puestos de trabajo, y no afectará negativamente al
principal motor de la economía isleña, el turismo.
Repsol,
la empresa privada que va a encargarse de los sondeos exploratorios, y al
que el ministerio de Industria, Energía
y Turismo ha dado carta blanca, ha firmado un seguro civil de 40 millones de
euros y una garantía financiera para riesgos ambientales por otros 20 millones.
60 millones de euros. Esto significa que si ocurre algo ellos apoquinaran dicha
cantidad. 60 millones de euros.
En
2010 la “Deepwater Horizon” plataforma
petrolífera situada en el Golfo
de México explotó y se hundió en el océano; esto provocó el vertido de petróleo
más importante de la historia. 779.000 toneladas de crudo afectaron a las
marismas de la desembocadura y el delta del Misisipi extendiéndose hasta
Luisiana, Florida y Cuba. Además del daño ecológico, 11 personas perdieron la
vida.
La
BP tuvo que pagar casi 6000 millones de euros (7800 millones de dólares) en
concepto de indemnización.
Deepwater Horizon |
Una
vez más España nos trata a nosotros, los canarios, como seres periféricos, cuyo
sentir y prioridades no se tienen en cuenta. Si hay que pasar por encima de
todos se pasa, y punto. Es por eso que mi indignación no puede ser mayor en
estos momentos. Nos toman el pelo. Nos mienten, porque ese cuento de que “los
beneficios repercutirán aquí” está por verse, y tanto que está por verse. No
creo que una empresa, privada además, que busca por encima de todo lucrarse,
vaya a anteponer sus prioridades a las prioridades y necesidades de nosotros,
los canarios. Pero eso parece no importar a los mandamases que nos gobiernan, que dicen buscan lo mejor
para todos. Claro; porque los políticos siempre velan por los intereses
generales y jamás por los suyos propios. Si José Manuel Soria, canario para más
inri, ministro de Industria, Energía y Turismo, autoriza las prospecciones,
aunque con ello se ponga en contra de casi todos sus paisanos, es por el bien
de todos. No podemos suponer que algo turbio esconda el señor Soria. Los
políticos rara vez hacen cosas turbias.
Es
más indignante si tenemos en cuenta la doble vara de medir de estos políticos,
que frente a las prospecciones en Baleares toman unas decisiones pero en lo que
respecta a Canarias otra bien distinta. Si en Baleares y Valencia es el propio Mariano
Rajoy quien se opone al considerar las prospecciones peligrosas, tanto medioambientalmente como para el sector
turístico, con Canarias en cambio no
opina lo mismo.
Canarias,
junto con el Mediterráneo, las Islas Azores y Madeira, conforma una de las 34
áreas de especial importancia para la biodiversidad en el mundo.
El
turismo es a si mismo el factor más importante de nuestra economía.
Sin
embargo Mariano Rajoy no considera que las dichosas prospecciones pongan en
riesgo ni el entorno ni el turismo aquí.
Hace
nada, el consejero balear de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio, Biel
Company, declaró en una rueda de prensa que “la situación de Baleares en
relación a las prospecciones petrolíferas "no es comparable" con la
de Canarias, porque las circunstancias geoestratégicas y políticas son distintas
en los dos archipiélagos”
"La
situación geoestratégica y política es muy diferente; creo que no somos
comparables en muchos casos, por lo tanto, la situación es muy diferente".
Además
al ser preguntado sobre las prospecciones petrolíferas en Canarias, respondió
que el Gobierno balear ya tiene "suficiente" con defender lo suyo.
La
sociedad canaria ha dejado claro que no quiere petróleo en sus costas. Este
planeta ha de concienciarse de que los recursos son limitados, de que no
podemos seguir explotándolo y ensuciándolo. No podemos seguir degradando la
tierra, construyendo a lo loco, asfaltando y ampliando autopistas, contaminando
y destruyendo el paisaje, y seguir justificando que el progreso pasa por el petróleo.
Tenemos alternativas limpias, ecológicas.
Algunos
ilusos creen que esto del petróleo traerá riquezas, como maná caído del cielo.
Nos amenazan. Si no lo hace España lo hará Marruecos, ¿y qué le va a importar a
Marruecos si ensucia su litoral y de paso el nuestro con el sucio piche que
puedan extraer?
La
pena es que esto sea una cuestión de intereses políticos y no de intereses para
el pueblo. Canarias tiene que ceder. Si no lo hacen unos, lo harán otros y se
lo llevarán calentito, y nosotros seguiremos en medio, dudando de esas promesas
de progreso y bienestar, asumiendo los riesgos de las prospecciones en un
terreno como el nuestro, con gran actividad sísmica, arriesgo lo que tenemos seguro, nuestro
paisaje, por un bien sucio y negro que no sabemos si duerme bajo tierra.